En el mundo hay muchas ciudades magnéticas, irresistibles, a las que soñamos despiertos con viajar y, entre ellas, Buenos Aires ocupa, sin duda, un lugar privilegiado. Es una capital siempre viva y llena de atractivos, más allá de sus amplias avenidas, sus cafés, restaurantes, teatros, palacios y palacetes…
Y la lista la expanden, casi hasta el infinito, razones para viajar a Buenos Aires como el exotismo de la distancia que nos separa de ella o la carga mítica de su cultura: literatura, música y, por qué no decirlo, fútbol. Porque tal vez valen tanto los cuentos de Borges y los tangos de Piazzolla como los goles de los equipos capitalinos o el recuerdo siempre presente de Diego (Maradona). Y, ahora y más que nunca, en esta Buenos Aires donde aún resuenan los ecos de la celebración del Mundial de fútbol, el de Leo Messi, omnipresente como el sol veraniego que baña la ciudad.
Empecemos por lo básico que debe conocer un viajero. ¿Qué es lo primero que destacarías de Buenos Aires?
Buenos aires es una ciudad muy amigable, en la que sobresale una glamurosa arquitectura -¡es la París de Sudamérica!-, y, sin duda, disfrutamos de la mejor carne del mundo.
Esa amabilidad con el viajero la encontramos a cada paso, en cada conversación, en cada tema. ¿Qué apasiona a los bonaerenses?
La cultura, el tango, el fútbol, los asados, los cafés… Los porteños no podemos pasar sin estas cosas. El fanatismo del fútbol lo compartimos con un café de por medio, con largas y efusivas discusiones por ser del Boca o del River, en nuestros cafés tradicionales, donde los periódicos aún se encuentran sobre las mesas para ser leídos durante los domingos. Y qué decir de los bares notables, por toda la ciudad, que aún conservan su mobiliario original y que fueron el punto de encuentro de grandes intelectuales y artistas. El asado no falta nunca en las reuniones familiares de los domingos. Y con el tango, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad, ¡se vibra cada noche en San Telmo! Y no nos olvidemos de las milongas. Hoy, los tangueros disfrutan el 2×4.
Para quien viaje a Buenos Aires por primera vez, ¿cuáles son los lugares que no debería dejar de visitar?
El teatro Colón; el obelisco; el café Tortoni, en la avenida de Mayo; la librería El Ateneo; el cementerio de La Recoleta; el Caminito, en La Boca; el puente de la Mujer, la casa Evita, y la fuente de las Nereidas.
¿Qué aconsejarías a los viajeros españoles? ¿Qué es lo que más nos gustará?
En Buenos Aires, el español se siente como en casa, y es un viajero al que le gusta caminar y disfrutar de la ciudad. Hay que visitar las librerías, un atractivo único en el mundo, donde pueden encontrar volúmenes del siglo XVIII que aún se conservan intactos, y también deambular por la avenida de Mayo y apreciar las cúpulas del academicismo francés. Sin embargo, lo que más suele agradar es el barrio de La Boca, con sus casas coloridas, que son el fiel reflejo de la llegada de los inmigrantes a comienzos del siglo XX, y La Bombonera, el estadio de fútbol del Boca Juniors. No podemos olvidar tampoco el puente de la Mujer, de Santiago Calatrava, el lugar perfecto para tomar fotografías al atardecer. Y, por supuesto, Puerto Madero, el barrio gastronómico por excelencia, con excelentes restaurantes conocidos por sus parrillas -los españoles se sorprenden con nuestros cortes de carnes- , y con un gran ambiente nocturno.
Al ser una ciudad tan repleta de vida, seguro que hay tendencias que aparecen de la noche al día…
Sí, así es. Un fenómeno muy novedoso es de los speak easy, bares que encontramos en las zonas más de moda considerados entre los mejores del mundo. Para entrar necesitas ir de la mano de un porteño, ya que el acceso requiere contraseña. Sus cócteles son imperdibles. Todos son temáticos y cada uno tiene una especialidad en sus tragos.
¿Qué experiencias recomiendas especialmente?
Recomiendo optar siempre por un tour por la ciudad que nunca duerme acompañados de un guía. Tampoco hay que olvidarse de tomar el helado de Sabayón ni de comer un cabsha en un quiosco. También, hay que cruzar la avenida 9 de Julio de un tirón, tomar un café con Perón en la Casa de Evita, sentarse junto a la estatua de El Pensador de Rodin y, desde luego, tomar una foto del obelisco.
¿Cuáles son las rutas y excursiones urbanas imprescindibles?
Palermo es actualmente el barrio más cool, con sus murales pintados por artistas callejeros y los talleres de costura de diseño. Al atardecer, se llena de jóvenes para tomar cerveza en las fábricas artesanales. El Soho de Palermo es ideal para caminarlo y disfrutar de sus restaurantes de parrilla. Otra ruta urbana nos llevaría a Villa Crespo, con sus vermuterías modernas, y a Recoleta, para descubrir el esplendor de la belle époque. Chacarita, por otra parte, es un nuevo barrio que está en auge y que se ha convertido en el nuevo polo gastronómico en la ciudad por sus restaurantes de comida vegana. Ya en el Gran Buenos Aires, no hay que perderse San Isidro, a solo 20 minutos de la ciudad, en la costa del río de la Plata. Es ideal para el fin de semana y para navegar o degustar su gastronomía.
Buenos Aires no se entiende sin la cultura: teatros, librerías, escritores como Borges… ¿Qué nos aconsejas?
Corrientes es la gran calle de los teatros, toda una atracción nocturna. ¡Y no hay que perderse las pizzerías a la salida de una representación! El recuerdo de Borges nos lo encontraríamos en la biblioteca Nacional, en el café London City y en el café Tortoni, donde aún se respiran las charlas que mantenía con Bioy. Y también habría que visitar Isla Maciel para conocer la historia olvidada de los inmigrantes.
Indícanos dónde comer y alojarse y cómo moverse
Para comer, tanto el mercado de San Telmo como el de los Carruajes son muy recomendables y para dormir, las mejores zonas serían Recoleta y Puerto Madero. En cuanto a los desplazamientos, no hay duda: el subte, el metro de Buenos Aires.
Por último, ¿qué no deberíamos perdernos de los alrededores?
Una excursión a Tigre, que nos lleva al delta del Paraná, considerado como uno de los más grandes del mundo. La presencia de grandes espejos de agua y la escasa altitud produce un microclima único, y navegar por el delta es casi una obligación durante el paseo. Otra recomendación es La Plata, a tan solo 57 kilómetros por autopista. La localidad es reconocida por su trazado urbano, un cuadrado perfecto en el que se inscribe un eje histórico y por el diseño sobresaliente de las diagonales que lo cruzan, formando pirámides y rombos dentro de su contorno, con bosques y plazas colocadas con exactitud cada seis cuadras. Otros lugares imprescindibles son el Museo de Ciencias Sociales y la casa Curutchet, diseñada por Le Corbusier.