A veces son los ataques personales, de una crudeza insólita. Otras veces son las situaciones absurdas, como cuando un vecino de escaño la saludó acariciándole la cabeza. —No soy un perrito —le dijo Ofelia Fernández. “Encuentra a tu Daenerys”, se repite a sí misma en esos casos. Para calmarse. Para no estallar. Los personajes de Juego de tronos, como las figuras del pop coreano que decoran su apartamento, son elementos corrientes en el mobiliario mental de una chica de 20 años. Resulta menos corriente que una chica de 20 años ocupe un escaño desde los 19 (fue y sigue siendo la legisladora más joven de Latinoamérica) y que esa chica suscite tanto furor, tanto entusiasmo, tanto odio. Ofelia […]