Por: Silvina Vitale para lanacion.com.ar En 1871, cuando arreciaba la fiebre amarilla, se creó una necrópolis provisoria para receptar los fallecidos por la epidemia; años después, allí se inauguró el espacio verde; los vecinos advierten que se escuchan las voces de espectros que aún advierten sobre los peligros de la enfermedad que los llevó a la tumba. Aquellos desprevenidos que se sienten por la tarde noche a estirar las piernas o a descansar un poco en alguno de los bancos del Parque Los Andes en el barrio de Chacarita podrán sobresaltarse al escuchar voces. Dice el mito que en las dos manzanas comprendidas entre Dorrego, Guzmán, Concepción Arenal, Jorge Newbery y Corrientes, donde funcionó el […]