Quienes creen que el destino está escrito o que el Universo conspira cuando algo se desea desde el fondo del corazón, verán esa idea reforzada en la vida de Santiago Spirito (46). En 2002, comenzó a cursar arquitectura en la UBA y trabajaba en un restaurante de Belgrano para pagar sus estudios. Una noche, mientras viajaba de regreso a casa con un compañero y vecino de barrio, éste le mostró uno de sus esténciles y le propuso sumarse a las pintadas nocturnas. Aceptó sin jamás pensar lo que pasaría tras esa decisión. “Salía a pintar de noche para divertirme y disfrutaba ver la reacción de la gente al otro día, porque lo hacía en mi barrio, San Telmo. Nunca imaginé […]