Como si fuera ayer, la primera vez que pisó suelo porteño, Vendela tenía apenas 25 años y dos grandes ilusiones: aprender español y bailar tango. Su estadía iba a ser temporal, pero Buenos Aires la cautivó. “Me enamoré de la ciudad y me quedé”. Fue a principios de 2017 cuando se entusiasmó por abrir su propia cafetería en nuestro querido barrio de Chacarita. Aquí, logró combinar sus dos pasiones: el café de especialidad y la pastelería artesanal. En el local en cuestión había funcionado antiguamente un taller de artistas y también una tapicería. La casona conserva los pisos calcáreos, techos altos y puertas originales. Las paredes descascaradas con distintos matices de grises y verdes también le aportan […]