En nuestro barrio, desde hace un tiempo la nueva explosión de reductos culinarios llegó para quedarse y echar raíces, como es la costumbre de comer tapas, o “platitos” para decirlo a la criolla, es universal. Las cocineras la interpretan en clave asiática. Abrieron a fines de 2019 y causaron furor; el local les quedó chico enseguida. Luego vino la pandemia y puso un pie en el freno, pero cuando todo reactivó, se agrandaron. También el “Comer, beber, alegría, diversión”, un lema que se materializa en toda la propuesta, desde el diseño hasta el menú. El salón tiene una mesa comunal; jarrones con flores que ofician de “separadores”, aunque muchas veces los corren para charlar con […]