Siguen investigando una misteriosa muerte pero ahora como «homicidio» en el barrio

Si bien la causa tiene un sospechoso, pero solo imputado del hurto del celular de la víctima, la familia de una estudiante y analista financiera brasileña que en marzo de 2018 fue hallada muerta en el departamento que alquilaba en el barrio de Colegiales, reclama que la Justicia investigue el hecho como un homicidio.

Se trata del caso de Luana Cristina Carneiro De Melo, de 25 años, quien fue hallada muerta en una de las habitaciones del departamento al que se había mudado una semana antes, en el segundo piso del edificio de la calle Superí 2176, en Colegiales. La joven, estudiante de idiomas y que trabajaba como analista financiera en una multinacional, compartía ese departamento de cinco ambientes con la dueña.

”El 30 de marzo era fin de semana largo. La dueña del departamento se había ido de viaje y quedó sola Luana en el departamento. Ese día se sentía mal, así que fue a visitarla una amiga y luego, a las 22.30, llamó a su madre, pero como no le respondió, se fue a dormir”, dijo a la agencia de noticias Télam Daniela, amiga de Carneiro De Melo.

Según el relato de la amiga de Carneiro De Melo, al día siguiente, la madre le devolvió la llamada a Luana, pero no logró comunicarse porque el teléfono celular estaba apagado, una situación extraña porque ella siempre lo tenía prendido. Ante esta situación, la amiga fue hasta el departamento y al no tener respuesta, llamó a la policía y junto a los efectivos ingresó en el departamento, donde hallaron a la joven tendida sobre su cama.

”La puerta estaba con llave y había una ventana abierta. Luana estaba en su cama y la casa no estaba revuelta”, recordó Daniela. Entre los faltantes se constató un el teléfono celular de la joven, una notebook con la que trabajaba la joven y dinero en efectivo.

El certificado de la autopsia, al que tuvo acceso Télam, constató que la joven falleció de una “congestión, edema y hemorragia pulmonar”, producto de un problema cardíaco del cual no tenía conocimiento.

Según expresó su amiga, una médica forense indicó que la víctima tenía un leve signo de haber sido asfixiada mecánicamente.”Los médicos decían que fue causa natural, pero una legista dijo que encontró marcas en los labios y en el cuello, como si alguien hubiera tapado la respiración por la boca y nariz y apretó el cuello. Como tenía enfermedades cardíacas previas, la fuerza que se aplicó fue leve”, explicó.

Lo ocurrido es investigado por el fiscal en lo Criminal y Correccional porteño Carlos Vasser y la jueza del mismo fuero Vanessa Peluffo, que caratularon el expediente como “muerte por causa dudosa, hurto y encubrimiento”.

En un primer momento, varias personas fueron investigadas, entre ellas un joven con quien Luana compartía su anterior vivienda, que luego fue descartado como sospechosos con el avance de la pesquisa.Por su parte, Amarildo Kuhn, cuñado de la joven, dijo a Télam que tres meses después del hecho, el teléfono celular de la joven volvió a activarse.

”En junio de 2018 se activa el celular y recién 2020 al fiscalía rastreó el teléfono y detuvo a un hombre de nacionalidad boliviana”, relató. En ese momento, los investigadores constataron que este hombre era el hermano de un empleado de la dueña del departamento, que tenía llaves para acceder a esa vivienda.

”La dueña, en su primera declaración ante personal policía no dijo nada de que tenía un empleado y que tenía acceso a todo el edificio”, dijo Kuhn.

A su vez, el empleado en cuestión fue identificado, según Télam, como Iver Uruchi Condori, también de nacionalidad boliviana, quien estuvo apenas un tiempo detenido, por el hurto del móvil.

”El fiscal Vasser solicitó que se amplíe la investigación sobre el sospechoso, pero la jueza rechazó dos veces el pedido, y solo lo imputó del hurto del teléfono”, aclaró Kuhn.

Ante la denegatoria de la magistrada, el fiscal recurrió a la Cámara de Apelaciones Nacional en lo Criminal y Correccional. La Sala I del tribunal de alzada resolvió, la semana pasada, no dar lugar al pedido de ampliación de la indagatoria de Uruchi Condori, quien en su primera exposición se negó a declarar.

A su vez, la jueza le pidió al fiscal que se resuelva si envía a juicio al acusado que, por el delito que enfrentaría, podría ni siquiera llegar a la instancia de debate y aceptar una probation, explicó a Télam Marcos Tosato, abogado que acompaña a la familia de Luana, pero que no está constituida formalmente como querellante en la causa e impulsa la acusación a través de la fiscalía.

”La jueza quiere cerrar la causa porque no acepta el pedido del fiscal. Pedimos que sea investigada como un homicidio”, concluyó el cuñado de la víctima.

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