Durante una reunión con legisladores del Frente de Todos (FdT) en el Congreso Nacional, la vicepresidenta Cristina Kirchner consideró este martes que es necesario «replantear» la relación entre el Estado nacional, las provincias y el distrito porteño.
En ese sentido, la expresidenta propuso que se «repiense un poco el tema de esta bendita Ciudad de Buenos Aires, que es la capital de todos los argentinos».
«De repente, una policía política (la de la Ciudad de Buenos Aires) se ha apoderado de la seguridad de las calles. Esto debe ser replanteado. Primero porque la Constitución no habla de autonomía, habla de que se dicte un estatuto y además porque creo que esta ciudad es de todos los argentinos», sentenció Cristina Kirchner.
Como era de esperar, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, salió al cruce y le contestó a la vicepresidenta: «Yo les digo a los porteños que nos vamos a defender y que no hay manera de que Cristina Fernández de Kirchner se quede con el manejo de la Ciudad», retrucó.
En el mismo gobierno menemista hubo dos leyes que intentaron poner un «freno» a la autonomía de CABA: la Ley 24.588, conocida como “ley Cafiero”; y la ley 24.620 o “Ley Snopek”, impulsadas en 1995 y 1996 por ambos legisladores.
Las dos normas regulaban las nuevas atribuciones del distrito y, a la vez, impedían la creación de una Policía propia en la jurisdicción, junto a limitaciones para la administración de la justicia local, el control del puerto de Buenos Aires, la regulación del transporte y de los servicios públicos, entre otros puntos.
Sin embargo, en 2007, el entonces presidente Néstor Kirchner junto al entonces jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, llegaron a un acuerdo por el cual se «revisaba» la ley Cafiero y se le permitía al distrito tener una fuerza policial propia.
Consultado por este entuerto, el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat sostuvo que la Ciudad de Buenos Aires es autónoma pero «no puede equipararse a las demás provincias, por una cuestión de historicidad de éstas últimas».
Que sea una ciudad autónoma significa, según el letrado, que «tiene su propia autoridad -es incorrecto llamarlo intendente-, su propia Legislatura y su justicia local», aunque esto está todavía en “trámite”, porque no se han traspasado todas las jurisdicciones que le corresponden al territorio.
Asimismo, la CABA no tiene una Constitución propia, sino un Estatuto. Y leyes como la ley Cafiero le ponen un tope a esa autonomía, y por más que varias veces fue y es cuestionada, está por encima de ese estatuto porteño», aseguró.
Por esto mismo, Barcesat propuso que, “mediante una reforma constitucional», se saque a la Capital Federal del territorio de la Ciudad de Buenos Aires «y se instale en otro punto del país”.
Para reafirmar esta iniciativa, señaló: “No hay ningún país importante que tenga la capital en el puerto, porque la hace sumamente vulnerable”.