Una de las celebraciones del Día del Niño que se llevaron a cabo en Colegiales, tuvo lugar en La Sede, el complejo deportivo ubicado en Freire 761 (entre Federico Lacroze y Teodoro García). El feriado del lunes 21 de agosto, fue aprovechado en este sitio para que en sus instalaciones se hiciera un evento solidario, que tuvo como principal beneficiado a “Rayito de Sol”, un hogar del Bajo Flores que la gente de La Sede apadrina.
Así, durante gran parte de la jornada, las diversas actividades que se desarrollaron en el predio de Freire (kermesse, circo, parque inflable, buffet, sorteos, etc) se asociaron a la propuesta de acercar alimentos no perecederos y ropa de abrigo por parte de los asistentes. El resultado, se tradujo en una importante cantidad de donaciones, y una concurrencia que superó las expectativas de los organizadores.
Una vez concluido el evento, Gabriel Kraizer -uno de los tres socios que llevan adelante el emprendimiento- le comentó a este medio: “Esperábamos entre 150 y 200 personas y vinieron más de 400. La idea era poder llegar a nuestros grupos de influencia. Trabajamos bien en la difusión, el mensaje se multiplicó y tuvimos gente tanto de estas áreas de influencia como del barrio en general. Eso estuvo buenísimo”.
A continuación, comentó: “La idea del evento es de 2022. Siempre pensamos que podía darse… La Sede es un lugar muy versátil. A simple vista son canchitas de Fútbol 5, pero tenemos alquileres tradicionales de cancha, torneos, eventos, cumpleaños de chicos y adultos, escuela de iniciación deportiva, colonia de invierno, celebraciones de fin cursada, de egresaditos de jardín y primaria. La intención era aprovechar esa versatilidad para poder acompañar a este hogar apadrinado.
Creíamos que teníamos el conocimiento y el perfil necesario para poder llevarlo adelante. Pusimos manos a la obra y empezamos a trabajar hace unos tres meses, con el apoyo grande de la firma Click Aparts. Ellos se pusieron codo a codo con nosotros para conseguir recursos y que esto saliera lo mejor posible”.
El entrevistado y sus socios, Demián Novizky y Pablo “Pitu” Benevet, se hicieron cargo del predio en abril de 2021. Previamente, el lugar estaba vinculado a lo deportivo pero cerró en tiempos de pandemia. Y un cartel de alquiler en su frente, se convirtió en el llamador que hizo que muy pronto estuviera otra vez en funcionamiento, aunque con una denominación distinta: La Sede.
“Nosotros estábamos iniciando un proyecto similar en Versalles, cuando pasé con el auto y vi el cartel de D’Onofrio. Me detuve enseguida, casi me chocan… Llamé a la inmobiliaria y al otro día ya lo estábamos visitando. Hicimos una reserva y a los 15 o 20 días se firmamos. Todo sucedió muy rápido. Parecía casualidad pero yo digo que esto no es casual sino causal”, sostuvo Kraizer, que al poco tiempo, con su familia también terminó mudándose a Colegiales.
“Fueron cuatro meses de obra, para ponerlo en condiciones, en lo estético y en infraestructura. Entre otras cosas, agregamos un baño para discapacitados, una red de incendios… Y así el local quedó habilitado, con todo en regla”.
Gabriel, Demián y Pablo, buscaban que el complejo no se limitara a un par de canchas de alquiler sino que querían “hacer algo distinto, como construir un punto de encuentro para el barrio. La Sede no es solo venir y jugar un partido, también es un espacio social, de familias que acompañan a sus hijos a hacer actividades, infantiles y de adultos, ya que también hay un gimnasio.
Es cierto que no es gratuito como un polideportivo, pero acá podés sentarte a tomar un café, a comer una pizza y ver las cosas que hay para edades desde 3 años hasta 99 años. El número obviamente es simbólico, significa que incluso tenemos gente de más de 80 haciendo actividades…”
Gabriel llegó a Colegiales en plan laboral y terminó como vecino. De esta manera lo resumió: “Yo soy nacido y criado en Villa Crespo, pero ahora digo que no elegí a Colegiales, sino que Colegiales me eligió a mí. Con mi mujer somos inquilinos, pero queríamos de salir de ese formato con tanto edificio, adrenalina, ruido, colectivos, dificultades para estacionar… Y buscando un cambio, hallamos una vivienda muy linda sobre Freire, que casualmente está en la misma calle, pero a cuatro cuadras de La Sede.
Una cosa increíble. Como dije, parecía casualidad, pero para mí es causalidad. Desde ese momento, noviembre de 2021, estamos acá, y salvo que tenga alguna situación particular, y ojalá no me equivoque, será mi barrio para siempre. Me enamoré de Colegiales en dos minutos.
Quedé fascinado con sus construcciones bajas, aunque sabemos que el barrio lucha contra el nuevo código urbanístico y yo de poco me voy sumando a algunas protestas. Pero me encanta caminar, salir con mis hijos, que tienen 7 y 4 años, hacer compras, ir a las plazas, andar en bici. Vamos por Elcano, por Lacroze. En mis casi 38 años, no viví nunca en una barrio así. Es el lugar ideal, donde me cuadra todo, la ubicación, el barrio en sí, la vecindad y todo lo bello de sus calles”.