Para algunos puede parecer un acto de vandalismo, pero lo cierto es que detrás del robo de adornos, crucifijos y placas en varios cementerios de la Ciudad de Buenos Aires se esconde un viejo negocio ilegal: la mafia del bronce.
En las últimas horas, la policía porteña logró ubicar dos galpones en los barrios de San Cristóbal y Balvanera, donde se sospecha que reducían los objetos robados de las tumbas.
En los operativos, los efectivos de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comisaría Comunal 3 de la Policía de la Ciudad, en conjunto con la Agencia Gubernamental de Control (AGC), hallaron 16 crucifijos, 21 manijones, 4 adornos de bronce para tumbas de cementerios, una canilla y dos chapas de numeración catastral, todo de procedencia ilícita.
Los voceros señalaron que en los galpones también secuestraron bobinas de rollos de cable de cobre, con signos de haber sido quemados para sacarles el metal de su interior y poder venderlo.
Por sus características, el cementerio de la Chacarita, el más grande de la Ciudad, es uno de los más robos viene sufriendo en los últimos meses. De acuerdo a las fuentes, los objetos de bronce que buscan estas personas son revendidos en chatarrerías y galpones como los que descubrió la Policía de la Ciudad.
Otro caso en Caballito
En otro procedimiento, que refleja además lo vigente de esta modalidad delictiva, un efectivo de la Comisaría Vecinal 6 B detuvo a un presunto ladrón de bronce cuando estaba tanteando picaportes de distintas casas ubicadas en la calle Valle al 200, en el barrio porteño de Caballito.
Según las fuentes, el oficial se aproximó para identificarlo, pero al advertir la presencia policial el sospechoso intentó darse a la fuga. Sin embargo, y tras una breve persecución, fue alcanzado y reducido.
En su poder tenía 34 picaportes y manijas, en su mayoría de bronce, por lo que fue detenido y puesto a disposición de la Justicia.