Crear y reparar en el Barrio

Un anuncio en un papel color barro en el redescubierto y reciclado barrio de Chacarita promete talleres de creación y experimentación. Es un llamado al trabajo artesanal, una reivindicación del uso del torno alfarero y la “construcción manual”. No es una excepción, buscar paz y concentración en el contacto de la mano con la arcilla, encuentra su anclaje en las necesidades de la época, pero también es resignificar valores de otras eras. Estas búsquedas crecieron, se multiplicaron durante el tiempo de la pandemia y el confinamiento, que no fue solo tiempo de hacer cosas por obligación, también hizo aflorar virtudes y necesidades inesperadas: muchas se relacionan de forma grata con nuestras habilidades manuales. Pero este tiempo no provoca solo deseos creativos, también gestos de reparación.

El gran sociólogo estadounidense Richard Sennett (autor del excepcional ensayo El artesano) sostiene que el trabajo manual tiene algo de ejercicio de resistencia a la producción en cadena fordista –fase por excelencia de la lógica capitalista– esta es una bandera levantada por artesanos de las más variadas clasificaciones. Y aunque sea solo eso, alcanza para la reflexión frente al objeto ya empaquetado y desanimado. Producir con las propias manos es el punto de partida del arte, pensar la pieza, pulirla, y ubicarla en una cadena humana es el fin propio, el que devuelve al hombre al centro de la escena y desplaza la mercancía.

“¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?/ En los libros aparecen los nombres de los reyes /¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra? / Y Babilonia, destruida tantas veces,/¿quién la volvió siempre a construir?/¿En qué casas de la dorada Lima vivían los constructores?” Son los versos de “Preguntas de un obrero que lee”, el poema con el que Bertolt Brecht interroga a la Historia acerca de los verdaderos trabajadores, los artesanos, los hacedores, los que erigían palacios y ciudades y cuyos nombres no quedaron esculpidos ni grabados en ninguna piedra. Esa pregunta acerca del origen de todas las cosas, de la mano que encuentra formas en piedras, maderas o arcillas es la que interroga al sistema político económico en el que vivimos y que ha sido muy golpeado por la crueldad sorpresiva de la pandemia.

Cuando uno imagina un artesano es posible que piense en la madera. Por ejemplo, muchas veces ese material se vincula con un instrumento musical hecho por un luthier. En Ser Luthier –documental que cuenta la historia de diez luthiers argentinos, artesanos que construyen instrumentos con sus manos– la poesía del filme nos muestra la ruta de los artesanos de la música. Es una reivindicación de este oficio, algo que las grandes compañías que venden instrumentos musicales han ido ocultando a medida que la demanda convirtió en industria a esta actividad. Lo dirigieron Rocío Gauna y María Victoria Ferrari y allí buscan dar a conocer las historias y la cotidianeidad de estos artesanos de la música. En la pantalla aparecen verdaderos personajes bohemios que trabajan en talleres en el Gran Buenos Aires y del interior del país. Matías Crom, luthier de instrumentos barrocos, expresa en la pantalla su necesidad de construir, armar, moldear sus instrumentos del mismo modo en el que fueron concebidos en su época. Hay un compromiso con la madera a nivel humano, literalmente.

Claude Lévi-Strauss sostenía que “las sociedades estudiadas por los etnólogos tienen del trabajo una idea muy distinta. Lo asocian a menudo al ritual, al acto religioso, como si en ambos casos el fin fuera entablar con la naturaleza un diálogo en virtud del cual naturaleza hombre pueden colaborar: concediendo al otro lo que espera, a cambio de los signos de respeto, o de piedad incluso, con los cuales el hombre se obliga ante una realidad vinculada al orden sobrenatural”.

El trabajo artístico de la joyera Bárbara D’Ambra está recorrido por formas de deseos e insinuaciones. D’Ambra experimenta e investiga las posibilidades que ofrecen los materiales para ser moldeados. “Tomo mis emociones, las trabajo, veo qué quiero llevarme de esto o aquello, lo pulo. Cada pieza tiene la medida que quiero que tenga: el tamaño, el diámetro, la altura. Quiero que el anillo que estoy trabajando vos lo sientas en los dedos, es una pieza que está trabajada, pulida para eso, no es azar”. La crítica de arte Florencia Kobelt escribió sobre el trabajo de esta destacada artista: “Si pensamos en las formas en que el arte y la joyería tratan el placer y el deseo, probablemente descubriremos que la mayoría de las veces el cuerpo femenino es tratado como un objeto de deseo. Y eso significa que la forma en que los demás lo ven es casi tan importante como la pieza misma. El objeto se completa cuando es, de hecho, el deseo de otro”.

Producir con las propias manos es el punto de partida del arte, pensar la pieza, darle forma y ubicarla en una cadena humana es el fin propio, el que devuelve al hombre al centro de la escena. Crear es noble pero reparar también es muy valioso. La filósofa francesa Corine Pelluchon autora del libro Réparons le monde (Reparemos el mundo) moldea su idea: “Hay que partir de las mismas cosas que teníamos y se rompieron para repararlas al igual que en la vida, como cuando estamos deprimidos. O cuando hay un caos, hay que ver dónde uno se apoya, dónde uno decide recoger los restos de su vida, uno por uno. Debemos ver qué podemos guardar, qué tiramos y cómo lo tiramos. Reparar el mundo significa tomar las cosas tal cual son. No son muy buenas, están desparramadas, pero las tomamos una por una para ver qué hacer con ellas y a dónde vamos”. Reparar y crear. En ambas misiones, la mano del artesano lleva adelante estas misiones nobles y gratificantes.

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Mié May 4 , 2022
BA Audiovisual acompaña la décima edición del Festival Internacional de Cine Latino Árabe (LatinArab), organizado por Cine Fértil. LatinArab, que cuenta con el apoyo de Mecenazgo, presenta una programación de más de 50 películas árabes y latinoamericanas, con producciones de más de 30 países, y se expande a nuevos territorios, más allá del país, con una edición híbrida, donde, de forma paralela, habrá proyecciones presenciales en Santiago de Chile, Niteroi y Buenos Aires, además de proyecciones virtuales para todo el territorio argentino y chileno. Se podrá disfrutar hasta el 19 de mayo. Sedes: Manzana de las Luces. Universidad del Cine. Cinépolis Recoleta. Centro Cultural Kirchner. De forma virtual se podrá acceder por las plataformas Vivamos Cultura y CLACSO.tv. […]

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