Catupecu Machu volvió a brillar en el marco de su Residencia en el teatro del barrio porteño de Colegiales que se hizo eco del cambio de piel del reptil. Fotos inéditas, premios, instrumentos, objetos y memorabilia, entre otros, estaban distribuidos en las paredes, escaleras y pasillos. .
En la previa del show, sonaba música en el teatro mientras que en las pantallas se podían observar videos de la banda, elegidos minuciosamente para hacer un recorrido por las diferentes etapas a lo largo de su carrera.
Es inevitable que todos ellos disparen al inconsciente colectivo y la memoria emotiva en miles de direcciones.
Imperdible la experiencia sonora que se encuentra en el primer piso de la sala, donde se puede acceder a una experiencia sonora única. Para ello, se facilitan auriculares al público y en los cuales se puede escuchar material inédito armado especialmente para estás cuatro funciones.
Los primeros acordes de “Secretos pasadizos”, fueron la señal para que el público celebre la salida de la banda a escena.
Sin respiro, el inconfundible riff de “Y lo que quiero es que pises sin el suelo” desató el delirio total.
A lo largo del concierto se vivieron diferentes climas, con clásicos como: “Perfectos cromosomas”, “Plan B” y “En los sueños”. En tanto, “Entero o a pedazos”, es uno de los temas más emotivos del repertorio de la banda, que fue acompañado a viva voz por todo el recinto.
Otro de los momentos épicos se vivió con el duelo de las baterías súper ajustadas a los que ya nos tiene acostumbrados la banda.
Durante toda la noche siguieron los éxitos de la mano de: “Eso vive”, “A veces vuelvo” y “Magia veneno”, que contó con la participación del Zorrito Von Quintiero en bajo.
Para el final, “Smells like teen spirit” de Nirvana fue la antesala de la interminable “Dale!”, para cerrar de forma exultante y visceral la primera de las funciones de la Residencia y a sala llena. Es un concepto de experiencia, calidad y cercanía.
La experiencia de ver a bandas emblemáticas en una sala especialmente ambientada para crear un universo único en toda la extensión del teatro. La calidad de generar shows de autor y diseñados específicamente para este ciclo.
La cercanía que propone el espacio, el tamaño justo para que fluya la euforia, la intimidad y generar esta experiencia que será única.
Las Residencias están pensadas como eventos únicos y limitados, con la curación adecuada para asegurar que se conviertan en un ciclo permanente y simbólico.
Catupecu Machu inauguró esta serie de ciclos e invita a descubrir los laberintos de este secreto pasadizo, como un viaje a través del universo, biografía y mundo de la banda.
Experimentando en primera persona todo este recorrido al pasado y presente de las casi tres décadas de recuerdos, premios e imágenes, donde predomina un ambiente intimista generando una complicidad con sus seguidores.