La muerte del artista Carlitos Balá, ocurrida a los 97 años, significa la pérdida del hincha más célebre de una centenaria institución como Chacarita Juniors, a la que estuvo ligado sentimentalmente por pertenecer al mismo barrio de origen.
Carlitos Balá no era un futbolero típico, de aquellos que mantienen a través del tiempo el ritual del ir a la cancha, pero sí un incansable embajador de la entidad «tricolor».
En sus apariciones públicas siempre hacía mención, con orgullo, a su identificación con el «Funebrero», la que se forjó de niño cuando la institución todavía tenía su cancha en el barrio.
Justamente en 1925, año de nacimiento del creador del «Chupetómetro», el club inició la construcción de su primer estadio en la manzana delimitada por las calles Humboldt, Murillo, Padilla y Darwin, contigua a los terrenos de su máximo rival, Atlanta.
Durante sus primeros años, tras la fundación del 1 de mayo de 1906, Chacarita había utilizado como cancha un espacio ubicado en Avenida Lacroze y Álvarez Thomas.
Cuando Balá estaba a punto de cumplir 20 años y fantaseaba con liberar su genio artístico mientras trabajaba en la línea de colectivos 39, Chacarita mudó su estadio al partido bonaerense de San Martín, desalojado por el atraso en el pago mensual de la renta.
El desarraigo no alteró el lazo afectivo con Balá, siempre dispuesto a darle notoriedad al club ya sea en la alegría del título del Metropolitano ’69 -único de su historia- o en la tristeza de su oscilante andar por distintas categorías del fútbol argentino.
Recién en abril de 2017 se produjo el primer acto institucional entre el club y el popular humorista. La Legislatura Porteña le preparó un reconocimiento y la dirigencia «funebrero» se unió a la iniciativa con el obsequio de una camiseta «tricolor».
No obstante, el mayor homenaje llegó al año siguiente por iniciativa de un socio que impulsó la primera visita de Balá al nuevo estadio de San Martín para que la CD le entregara su carnet honorario.
En la misma celebración se inauguró un mural pintado por el artista Jorge Pagliano sobre el paredón de la calle Matheu, por la que se accede a la platea principal de la cancha. Allí puede verse a Carlitos con la camiseta «funebrera» junto a una de sus más célebres frases: «¿Qué gusto tiene la sal?».
«Chacarita es mi barrio y mi club, es decir que es mi vida. Mis orígenes están ahí, como lo están mi infancia, mi adolescencia y mi juventud. Gracias a los que hicieron este maravilloso mural y gracias a la gente del club. Estoy muy emocionado porque me hicieron recordar lo que significa Chacarita para mí», se emocionó aquel 28 de noviembre, fecha inolvidable para icónico artista de radio y TV que marcó generaciones.