Por: Hernán S Vizzari – Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura.
Hace 150 años, en estos primeros meses pero de 1871, poco a poco se apoderaba de la vieja Buenos Aires la epidemia de Fiebre Amarilla. Trazando un breve paralelismo con la actualidad, curiosamente resulta llamativo que en esa época se pensaba que dicha enfermedad se transmitía en forma de “miasma” que flotaba en aire. 10 años después se supo que el vector provenía del mosquito Aedes aegypti, gracias a las investigaciones del doctor cubano Carlos Juan Finlay, aunque al principio no le daban crédito a su trabajo.
El pico de muertes más álgido fue en el mes de Abril, donde la “Comisión Popular” creada y compuesta por personajes reconocidos de distintas áreas, con la pérdida de su líder, el reconocido abogado José Roque Pérez, fallecido el 26 de marzo, tuvo que rearmarse con varias bajas entre esos héroes y pudieron conseguir la apertura de un enterratorio de urgencia en la zona de la Chacarita de los Colegiales, ya que el Cementerio del Sud en la zona de Parque Patricios había colapsado. Un testigo de esa época un tal Sr. Navarro, el 9 de abril escribió, la siguiente vivencia en su diario personal “Los negocios cerrados, calles desiertas. Faltan médicos, muertos sin asistencia. Huye el que puede. Heroísmo de la Comisión Popular”
Por eso se toma el 14 de Abril como la fecha en que se habilitó el viejo Cementerio de la Chacarita debiendo los carros fúnebres dirigirse a este enterratorio, evitándose que manden más cadáveres al Cementerio del Sud y prontamente se creó una estación en Corrientes y esquina Bermejo que recibirá los cadáveres que serán conducidos al cementerio por el ramal del Ferrocarril de la Chacarita.
Misteriosamente las cifras fueron bajando con la llegada de las bajas temperaturas y dejaron inhumarse a causa de Fiebre Amarilla por fríos días de mes de Julio. Gracias a las medidas tomadas a nivel sanitario nunca más hubo un rebrote a gran escala de esta enfermedad que le costara la vida a unas 14.000 personas de una población total de 200.000 porteños.
Con esas cifras el nuevo Cementerio de la Chacarita también llegó para quedarse y ser un Icono de Buenos Aires y desde entonces tras esa voraz epidemia, el Barrio de Chacarita quedó eternamente relacionado con la muerte desde el Imaginario colectivo y el folclore cultural popular porteño.
Hoy casual y lamentablemente dentro de este Cementerio se inhuman en un sector especial, a las víctimas de la pandemia de Covid 19 que azota esta vez al mundo entero.
Por eso desde Patrimonio Funerario y su particular historia de creación, debe ser revalorada por los porteños, ya que es un cementerio que se debió crear a causa de las miles de muertes de nuestros antepasados en uno de los episodios más nefastos, cuando Buenos Aires, se convirtió en la ciudad de los “Malos Aires”.